Corrían los siglos XIII, XIV y XV y nuestras tierras se desangraban en continuos conflictos banderizos.
Estas interminables luchas para determinar “quién vale más en la tierra” entre oñacinos, partidarios del reino de Castilla y gamboínos, partidarios del reino de Navarra, se extendieron por lo que hoy sería el nuestro espacio geográfico.
Los excesos de dichas luchas terminaron haciendo que Enrique IV de Castilla, viniese personalmente en 1457 a poner fin al desbarajuste, desterrando a varios señores, entre ellos Don Lope García de Salazar, uno de los últimos señores vizcaínos de las guerras banderizas e historiador en sus últimos años en los que narra dos siglos de enfrentamientos y tropelías entre ambos bandos. A esa obra la llamó “Las bienandanzas e fortunas” una buena fuente para el conocimiento de nuestra truculenta historia medieval.
Nuestros dos señores rivales ÍÑIGO DE ASTOPOTROTRGUI y PEDRO DE AKERBURUANDI nos servirán de ejemplo de cómo transcurrían aquellos conflictos.